2014/06/24

BARCELONA, EL AMANTE PERFECTO (CIUDADES VISIBLES V)

Hay ciudades, como Bruselas, que son como un rollo de una noche, que apenas las conoces percibes que la intensidad es efímera y la diversión que ofrecen desaparecerá en unas pocas horas.
 
Hay ciudades que son como un matrimonio mal avenido, con las que convives por largo tiempo y a las que intentas mirar únicamente por su lado bueno, evitando el lado oscuro que implica tedio y viejos dramas, consciente de que al menos vale la pena terminar como amigos... así podría ser Madrid...
 
Hay ciudades que son un amor platónico, icónicas, escenarios perfectos de aventuras increíbles, fetiches incombustibles que te acompañan toda la vida y con las que nunca te llegas a acostar de verdad, por si se rompe la magia... pongamos que hablo de Nueva York.
 
Y hay ciudades que son la perfecta aventura. El amante experto que no pide explicaciones y en cada encuentro se transforma para que puedas disfrutar como si fuera la primera vez. El que en tu adolescencia te descubre el mundo y en tu juventud mantiene tu curiosidad en tensión. El que guarda mil secretos y los va desvelando despacio, con cadencia estudiada...
 
 
Barcelona es el novio fugaz y underground en el Raval, el ligue más chic en el Eixample y el mejor amigo con quien deambular por Gracia. Cada vez que lo visitas ha cambiado pero sigue manteniendo su atractivo intacto y siempre te tienta a probar una relación más profunda. Quizá la próxima vez me deje llevar definitivamente...
 

2014/06/17

ARQUITECTURA INNECESARIA

Se celebra en estos días un congreso de arquitectura en Pamplona a la vieja usanza: ponencias del Star System, edificio formalista-postmoderno-monumental como escenario, viejos conocidos intentando hilar un discurso que suene a nuevo, palmaditas en la espalda y mucho "Esto ya lo sabía yo hace tiempo".
 
Lo indignante del asunto es que este congreso se llame Arquitectura Necesaria, y se presente como un esfuerzo de demostrar que la profesión del arquitecto sigue teniendo cabida en la sociedad actual. Cualquiera pensaría que es una reflexión pertinente y que se trata de dar voz a las nuevas generaciones de arquitectos, los que lidiamos con el desastre heredado de los edificios innecesarios y autistas de presupuesto millonario, los museos vacíos, las ciudades-marca, la urbanalización y la precariedad general.
 
Pero no, resulta que los encargados de poner en valor nuestra humilde carrera quieren ser exactamente los mismos que se beneficiaron del período anterior, en el que se urdió el escenario que hoy nos encontramos.
 
La resaca intelectual debe ser brutal para que alguien crea que los arquitectos del espectáculo de las últimas dos décadas serán los arquitectos de la regeneración que nos  merecemos, como sociedad y como ciudadanos.
 
Lo que marcaría de verdad un cambio en el discurso actual es una reflexión autocrítica de estos mismos personajes, quizá podrían haber llamado al congreso: "Arquitectura Innecesaria", y empezar por revisar sus aportes pasados a la coyuntura que atravesamos.
 
No se trata de hacer actuaciones más pequeñas y más baratas, no se trata de nuevos sistemas constructivos más verdes y sostenibles, no se trata de ponerle un nuevo traje al mismo monstruo. Lo que necesitamos es más compromiso, más participación, más servicio a la sociedad, más implicación en la ciudad y en el territorio. Y seguramente una renovación de actores.