2013/12/15

CIUDADES VISIBLES (I) BANGKOK

BANGKOK, O LA CIUDAD DONDE LOS PERROS NO LADRAN


Fuente: Espacios Intermedios 

Cuando uno camina por Bangkok mirando a los ojos de la gente, percibe una maravillosa sensación de sosiego ajena a cualquier otro estímulo de los muchos que ofrece la ciudad. Encuentras gente en cada rincón y a cualquier hora. Los puestos de comida y flores inundan las calles y llenan el aire de olores penetrantes y colores vibrantes. La calle se vive y se convierte en sustento... 

Cuando la mirada trasciende el color y la densidad de información que recibe a cada paso, encuentra detalles reservados a la percepción sutil y sensible. 

Detrás del movimiento intenso y constante existe un velo de paz que cubre cuanto abarca y que emana de la profunda espiritualidad vivida de manera consciente por la sociedad tailandesa. Ese velo transforma la comunicación entre las personas y apaga el miedo. Las personas hablan sin alzar la voz y acompañan sus conversaciones con rostros que gesticulan lejos de cualquier atisbo de irritación. 

Además de personas, en las calles es frecuente encontrar perros que deambulan con evidente despreocupación. Pasan a tu lado sin inmutarse, continuando su caminar sin aparente rumbo... y en silencio.

Pasar junto a un número indeterminado de perros te hace caer en la cuenta de que los perros en Bangkok no ladran. Diferentes escenarios, diferentes animales, diferentes condicionantes... pero los perros resueltos siguen su destino en calma.

Una reflexión repleta de significado se deriva de esta circunstancia: cuando las personas que los rodean no ladran, los perros tampoco utilizan su ladrido para ahuyentar los peligros o defender su territorio... No lo necesitan. Pese a que vaguen sin dueño, los animales, encuentran cobijo y alimento en los templos donde siempre hay gente, de profunda espiritualidad, que cree en la reencarnación de todos los seres...

Desde la perspectiva de alguien que pertenece a una sociedad en la que tradicionalmente quien más alto habla, se cree más cerca de la razón, descubrir este comportamiento canino  y el vínculo entre especies, resulta revelador y totalmente inspirador.

Fuente: Espacios Intermedios 

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