2014/01/13

BIENVENIDO A LA DICTADURA PERMANENTE DE TU CASA!!

 
 
Hace unos días visito a unos amigos, reflejo inequívoco de lo que está ocurriendo en este país: treintañeros, profesionales, universitarios,  hipotecados, desesperados...
Él está en paro desde hace un año, ella aguantando condiciones muy por debajo de sus expectativas en su trabajo. Se plantean buscar una nueva oportunidad en otro lugar, quizá en otro país...pero la hipoteca decide por ellos. Ya no hay vacaciones, planes, ni otro horizonte que el permitido por la deuda insaciable...Su percepción está ya lejos de la que tenían cuando compraron su casa hace unos ocho años; en aquel momento parecía un triunfo, un objetivo cumplido, una fuente de ilusiones...eran los tiempos de "los pisos nunca bajan", "una casa es una inversión", "alquilar es tirar el dinero"...los mantras de la especulación.
Cuando termina la visita y me estoy yendo, después de escuchar el discurso no por mil veces oído menos demoledor, reparo en el felpudo que te da la bienvenida a la república independiente de su casa.
Y me doy cuenta de que ahí está  la trampa, y el punto a muchas de las reflexiones que hacemos en Espacios Intermedios.
Ahora que nuestras calles están vacías, mientras las personas pierden la identidad comunitaria de la vecindad, los genios del marketing proponen la idea de vender libertad de puertas para adentro...sé libre, exprésate y diviértete en tu parcela de privacidad, en tu carísima (y no solo en términos de dinero) parcela de independencia.
Cuando el paro arrecia como lo hace actualmente y las condiciones de trabajo se retuercen hasta exprimir el último esfuerzo del empleado, resulta que las personas son esclavas de su casa antes que de cualquier otra circunstancia. Hipotecas imposibles concedidas durante la Burbuja, que anclan cruelmente el futuro de una generación; pero también viviendas más antiguas, compradas en una apuesta catárquica de que las cosas siempre irían a mejor y en la creencia atávica de que una casa en propiedad es una necesidad inaplazable.
¿Cuántas oportunidades profesionales y personales se descartan cada día por el ancla descomunal de una hipoteca? ¿Cuántas personas son ya conscientes de la trampa del mercado inmobiliario?  ¿Cuántos esclavos de sus casas existen hoy en España?

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