2014/01/29

CIUDADES VISIBLES (III) VARANASI

VARANASI: LA CIUDAD DE LA VIDA Y LA MUERTE
 
Fuente: Espacios intermedios
 
 
 
La primera vez que puse un pie en Varanasi, (o Benarés) mi mente se rompió.
Llevaba algo más de dos semanas dando tumbos por el norte de India, con lo que ya estaba casi habituada a las particularidades del país. Ya había asimilado el shock que nos suele producir India a los occidentales, y por supuesto ya estaba completamente subyugada por esas tierras de miseria y mística a partes iguales.
Varanasi es la ciudad más sagrada de India. Articulada linealmente a orillas de la diosa Ganga, es para los hindúes lugar de peregrinación y un sitio con conexión directa a la iluminación si tienes la suerte de morir en ella. Esperaba con ganas la visita y creía estar preparada para lo que me iba a encontrar.
Aún así recuerdo la llegada a Varanasi como momentos de consternación. En pleno Diwali, (las fiestas de la luz después del monzón), la ciudad estaba aún más atestada y caótica de lo habitual. Imposible llegar al río por carretera, tomamos una barcaza para llegar a los ghats ya de noche.  La espera en la penumbra junto al río me descubrió familias enteras que viven en torno a los fangos y residuos del Ganges, la suciedad es abrumadora, la miseria indescriptible.
Incluso de noche, las piras funerarias junto al río arden sin descanso. La muerte en Varanasi es una constante, no solo por las incineraciones, sino por la cantidad de moribundos que atestan la ciudad esperando su hora. No es extraño en India acudir en peregrinación a un lugar sagrado para esperar la muerte, incluso se pueden ver enfermos occidentales que han adoptado esa forma de actuar. Cuesta algo de tiempo procesar esta presencia de la muerte permanente, o impermanencia constante, como predican los gurús de Shiva.
No hay alcantarillado ni recogida de basuras, las calles a veces no permiten el paso simultaneo de dos personas (ya no hablemos de una persona y una vaca, o cabra, moto, richshaw etc.) es una ciudad superpoblada, contaminada, pobre...y maravillosa.
Pasear por los ghats de Varanasi es una experiencia inolvidable: el saludo al sol de los yoguis al amanecer, la ceremonia del Aarti en la noche, los gurús bajo sus sombrillas, los shaddus cubiertos de ceniza, cientos de personas que se asean, lavan ropa, comercian, rezan y mueren en el Ganges. La lección de convivencia es legendaria.
Varanasi es la ciudad con más problemas que he visitado nunca y la que más paz me ha transmitido.
La primera vez que puse un pie en Varanasi ya tenía la ciudad de Ganga anclada en el corazón.
Fuente: Espacios intermedios

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