2012/12/20

LA OPORTUNIDAD DEL OPTIMISMO SOCIAL

Se plantea rescatar la fenomenología de la vecindad como estrategia de suturación territorial. Es necesario recuperar el espacio público de calidad para obtener un marco de relaciones de vecindad, que catalicen la energía regeneradora del ciudadano, que entendemos como base del optimismo social.
Fuente: Espacios Intermedios

La estrategia de recuperación del espacio público para los ciudadanos pasa por una parte por la regeneración de las relaciones entre los edificios y la calle, incluyendo la reestructuración integral de las calles mismas, y por otra parte, por la implantación necesaria de elementos captadores de atención dispuestos en red para lograr conexiones de calidad entre entornos próximos y la interacción real del ciudadano con la ciudad.
En el modelo postburbuja los grandes viales segregan el trafico peatonal, el carril bici, el transporte público, la banda verde y la banda de aparcamientos del tráfico rodado.  El planteamiento de recuperación de la ciudad para el ciudadano, pasaría por implantar el carril-coche, para preservar la convivencia en la calle entre el resto de flujos no motorizados.
La relación entre el edificio y la calle de los entornos posturbuja se pierde  con la implantación de patios de manzana privatizados y la ausencia de actividad en los bajos comerciales. Es necesario actuar en esta relación, evitando el uso residencial de las plantas bajas y generando una interacción directa del edificio con el ciudadano y la calle.


Los elementos captadores se plantearían como una red de polos generadores de actividad y emoción, que pongan en valor los espacios públicos rescatados, aportando densidad holística, proyectando su efecto terapeútico desde el individuo hacia una escala transpersonal. Se trata de producir estímulos con el objeto de hacer presente al individuo, consciente de su realidad como ciudadano, de su capacidad de interacción y proyección sobre el medio que le envuelve.
El contramodelo regresivo favorece valores de seguridad y protección, estableciendo nuevos flujos heterogéneos que recalifican los recorridos entre diferentes vecindarios y con los centros preexistentes. Esto implica el mestizaje inmediato entre  actividades y personas, disipando diferencias sociales, promoviendo valores de entendimiento y respeto.
La reacción energética del individuo, se contagia en forma de optimismo social, estableciendo arraigos emocionales de la Comunidad con su hábitat inmediato, imprimiendo personalidad y memoria al espacio público, nutriendo el germen de futuras ciudades históricas.
Nuestro discurso pretende establecer la felicidad como parámetro de evaluación en la nueva planificación.  Actuar desde la disolución de  la dualidad entre la naturaleza y el entorno cultural,  entender que las escalas de intervención son diversas e interconectadas.  Creer en el Talento objetivo como herramienta generadora de un nuevo modelo ilusionante y real.


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